2/12/2012

LOS PUNTOS SOBRE LAS IES…

                           Autoridades o delincuentes…?
                                             -José Angel Sánchez López-

No hay poder, hay abuso de poder, nada más.
                Henri de Montherlant

Se está haciendo, ¿o ya se hizo? costumbre que las fuerzas policiacas “investigadoras” de Sinaloa estén actuando peor que en los viejos tiempos de las investigaciones “tehuacaneras”.

Hoy, al mando del tristemente célebre Jesús Antonio Aguilar Iñiguez, con el visto bueno de un Procurador que no procura justicia sino arbitrariedades y abusos, elementos del llamado cuerpo “elite” de la Policía Ministerial sean utilizados para realizar detenciones arbitrarias en franca violación de los mas elementales derechos de sus víctimas.

Esa corporación bajo las órdenes del “encargado” de la Dirección ha venido realizando una serie de acciones ya por cuestiones meramente políticas, ya por el proyecto de apoderarse del control absoluto de las corporaciones policiacas municipales del Estado como ya sucedió en Ahome y en Guasave.

La mas reciente “hazaña” que, a como están las cosas no creemos que sea la última, fue la arbitraria detención, léase vulgo “levantamiento” de Manuel Padilla, hermano del Alcalde de Cosalá Mario Padilla, quien la madrugada del martes pasado fue sacado violentamente de su casa en la comunidad de El Carrizal, cerca de la cabecera municipal cosalteca.

Por la forma en que actuaron los policías encapuchados, que rompieron la puerta para introducirse a la casa y sin miramiento alguno sacar violentamente a Padilla amarrado de pies y manos, su familia pensó que se trataba de un secuestro.

Pero no, resultó que Padilla fue llevado a Culiacán para “investigarlo” sobre el caso del ex alcalde Juan José Martínez, asesinado el 19 de diciembre de 2011.

Fue liberado horas mas tarde.

Esta persona fue sacada violentamente de su hogar, privado ilegalmente de su libertad ya que no medió ni orden de presentación, ni de aprehensión, ni de cateo, simple y sencillamente “por las pistolas” del “jefe chuytoño” supuestamente atendiendo órdenes del Procurador Marco Antonio Higuera Gómez.

Lo mismo pasó con la detención de los policías municipales de Ahome, que junto con el Director de la corporación fueron trasladados a Culiacán, arraigados y luego llevados a un penal de alta seguridad en Veracruz. La mayoría fue liberada pero quedan aun varios incluido su jefe acusado de varios delitos.

Igual con los policías de Guasave, desarmados y detenidos por la Ministerial con el apoyo del Ejército después de una fuerte discusión con el actual Director de Seguridad Pública de Ahome, Jesús Carrasco (¿qué andaba haciendo en Guasave?) en donde a punto estuvieron de liarse a balazos este y Leocadio Cabrera Delgado Director de la Policía guasavense.

A estos los trataron peor que a los de Ahome, porque fueron torturados por policías ministeriales.

Supuestamente los detuvieron “por no haber apoyado” a los soldados abatidos en el enfrentamiento con gatilleros y les inventaron una serie de supuestos que a la postre no existieron y los tuvieron que dejar en libertad.

Y no se trata de defender a nadie en lo particular no, simplemente estamos señalando una vez mas los abusos que vienen cometiendo Policías Ministeriales y Procuraduría que actúan al margen de a Ley.

Otro abuso de autoridad se dio el año pasado en donde la víctima fue el ex rector de la UAIM José Concepción Castro Robles, detenido por un problema civil con el padre del Sub secretario de gobierno Bernardo Cárdenas Soto, cuya mano es obvio estuvo atrás de esto.

Castro Robles fue “levantado” por sujetos encapuchados vestidos de civil, sin identificarse y menos mostrar orden judicial alguna, vendado lo “pasearon” durante tres horas antes de llevarlo a la base de la Ministerial, le arrancaron el peluquín para luego presentarlo a los medios flanqueado por policías encapuchados, como si fuera un peligroso delincuente.

Policías Ministeriales y Procuraduría de Justicia están realizando acciones violando los derechos constitucionales y derechos humanos.

Policías que actúan como si fueran (o son?) vulgares delincuentes.

Procuraduría que con su silencio avala esas acciones que son constitutivas de delito.

La pregunta es: ¿Y el Estado de Derecho…?

¡Bien gracias!

Y mientras tanto la delincuencia sigue haciendo de la suyas gozando de total impunidad…
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Febrero 10/2012

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