Sueño realizado…
- José Angel Sánchez López –Sólo es capaz de realizar los sueños el que,
cuando llega la hora, sabe estar despierto.
León Daudí
Desde hace muchos años, décadas, los mazatlecos habían venido añorando una vía de comunicación más expedita que abriera la puerta a los Estados del norte del país y del sur de los Estados Unidos hacia el Pacífico.
La construcción de la carretera Mazatlán-Durango, inaugurada el 30 de Noviembre de 1960 por el Presidente Adolfo López Mateos si bien acercó a Mazatlán con la vecina entidad, no era suficiente. Pero era parte de un proyecto de gran visión: el eje Mazatlán-Matamoros.
Lo escabroso de la vía al cruzar la Sierra Madre Occidental hacía demorado y peligroso el viaje.
Pero desde años atrás los mazatlecos demandaban la construcción de un ferrocarril.
Incluso se hizo el trazo, se despejaron tramos de la ruta que seguiría y hasta las bases de algunos puentes. Mudo testigo de ello son los muros que se levantan a los lados de la carretera internacional unos kilómetros al sur de Villa Unión.
La obra quedó en proyecto, en un sueño, y dio paso a la terminación del ferrocarril Chihuahua al Pacífico, uno de los sueños de Albert Kimsey Owen que databa de 1880 y se hizo realidad en 1961.
Casualmente fue inaugurado también por el Presidente López Mateos pero un año después que la carretera Mazatlán-Durango.
Años después vendría el nuevo proyecto: la autopista como ruta alterna a la vieja carretera, más segura y acortando distancias.
Es el Presidente Vicente Fox quien se compromete e inicia la obra para beneplácito, especialmente de los mazatlecos.
Pero también para los Estados del norte pues para ese entonces ya se contemplaba como el verdadero eje carretero Mazatlán-Matamoros, la puerta carretera que conecta a los Estados del Norte de México y el sur de Estados Unidos con la salida al Océano Pacífico y la ruta marítima hacia el lejano oriente.
Pero Fox no la terminó. Vino Felipe Calderón y se comprometió a hacerlo.
Quería inaugurarla y dejarla como su gran obra, pero solo alcanzó a inaugurar el Puente Baluarte, un verdadero prodigio de la ingeniería mexicana.
Le faltó poco, pero le toca al Presidente Enrique Peña Nieto en su primer año de gobierno la terminación de la gran obra y su inauguración.
La nueva vía no pasa por el espectacular mirador del Espinazo del Diablo, pero no deja de cruzar los maravillosos paisajes que tiene la serranía, los espectaculares túneles que hay en la ruta acortando distancias y eliminando las peligrosas curvas y los espectaculares pero peligrosos desfiladeros.
En cambio presenta otro maravilloso espectáculo que brinda el majestuoso puente Baluarte cuya fama ya corre alrededor del mundo y se ha convertido en un importante atractivo para el turismo.
Por eso, el orgullo y la satisfacción se reflejaba en los rostros del Presidente Peña Nieto y los Gobernadores Mario López Valdez y Jorge Herrera Caldera, así como en los centenares de personas que pudieron asistir al acto inaugural, medio empañado por las fallas de logística que impidieron el acceso a varios centenares que hubieron de mitigar su frustración por no estar cerca, con del disfrute el majestuoso espectáculo de la serranía y el puente.
Ahora, hay que apostarle a los beneficios que traerá la nueva supercarretera para los siete estados que integran el Corredor Económico del Norte: Sinaloa, Durango, Zacatecas, Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León.
Y también ahora le corresponde a Mazatlán y todo el sur de Sinaloa apostarle al aprovechamiento de los beneficios que traerá, tanto para el turismo como para el movimiento carguero.
Pero un aprovechamiento justo, no aprovecharse abusando de los visitantes sino mejorando la atención, la calidez y la diversificación de la oferta turística.
Vienen más inversiones, más movimiento carguero, industrias, etc.
Mazatlán y el sur de Sinaloa tienen mucho que ofrecer. No es solo el puerto, es toda la zona.
Hoy otro sueño es ya realidad.
Hay que seguir soñando con ganas de materializar más sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario