6/23/2014

APUNTES DE REPORTERO

                      Esa no se toca…

                                            - José Angel Sánchez López -

San Benito, ese pueblecito que se hizo famoso a través del corrido “Los caballos que corrieron”, fue escenario de esta anécdota guardada en mis apuntes por mas de treinta años.

Ubicado en las estribaciones de la Sierra Madre Occidental, con el rio Mocorito corriendo por un lado, San Benito es un pequeño pueblo cuyos habitantes, que no son muchos, conservan las costumbres de sus antepasados y se estremecen cuando escuchan la música de tambora en la banda Sinaloense.

Más si son los Rubio de Mocorito.

Eran los tiempos del gobierno de Antonio Toledo Corro y de Bernardo Riveros como Presidente Municipal de Mocorito.

Un día me llama Bernardo a El Debate de Culiacán para invitarme a la inauguración de la carretera (terracería) de Mocorito a San Benito.

“Es una carretera que mi padre ofreció cuando fue Presidente Municipal y nunca la pudo terminar. Ya lo hice y vamos a inaugurarlo”, me dijo.

Me invitó para asistiera a la inauguración y la celebración acompañado de mi familia y que no dejara de llevar a mi madre, que era originaria de Mocorito.

Allá fuimos pero llegamos ya cuando estaba la fiesta debajo de una enorme ramada. Afuera, decenas de jinetes montados a caballo observaban y esperaban les llevaran los platos de comida y cervezas.

La Banda de los Rubio lanzaba a los aires las notas de la música regional.

Bajo la ramada, mesas de alegres sanbeniteños e invitados y en la mesa principal estaban el Alcalde Riveros Acosta flanqueado por sus colegas de Salvador Alvarado Eduardo “Lito” Rodríguez Villaverde y el de Angostura
Adulfo Ramírez. Los tres gobernaron el trienio 1981-83 en los municipios de la región del Evora.

Bernardo se levantó al vernos, ordenó acomodar una mesa para mi madre, mi esposa y mis hijos y me invitó a acompañarlo en la mesa principal.

En esos tiempos, el corrido “Los caballos que corrieron” había sido retirado de los programas musicales de las bandas de música en los actos festivos oficiales sustituyéndolo por “El Toro Prieto Manchado”.

La razón?.El primero había sido el himno de campaña y la canción que tocaban las bandas en cualquier acto donde estuviera Alfonso G. Calderón cuando fue Gobernador y el segundo, compuesto en honor de don José Natividad Toledo, era el corrido favorito del Gobernador Antonio Toledo Corro. Su himno de campaña y gobierno.

Andando la fiesta, degustando una exquisita barbacoa acompañada de cuartitos de Pacífico, transcurrieron los minutos.

Antes de iniciar la siguiente tanda el director de la banda se acercó a la mesa y preguntó a Bernardo cuales canciones quería y éste solícito cedió a sus homólogos las peticiones y luego a mí.

Y pedí “Los caballos que corrieron”…!

Lito Rodríguez Villaverde se quedó muy serio pero don Adulfo se paró gritando “¡esa no se toca aquí…!”

-Porqué…? Le pregunté, añadiendo que era una canción de la región, que se refería a la legendaria carrera de caballos el alazán y el rosillo que se realizara precisamente ahí, en San Benito.

Furioso, el angosturense insistió en ¡no se toca! Mientras Rodríguez Villaverde nos miraba a los dos, volteando de un lado a otro, Bernardo se mantenía en silencio, expectante y el señor Rubio fijaba su vista en el alcalde mocoritense.

Luego de pensarlo unos segundos Bernardo dijo “está bien… se toca”.

Momentos después las alegres notas del corrido del alazán y el rosillo retumbaban bajo la ramada y los sanbeniteños lanzaban gritos de júbilo.

Jinetes y caballos irrumpieron en la ramada haciendo bailar a los equinos.

-Mire usted, don Adulfo, este es el pueblo, este es su corrido, su música, estas son sus costumbres que nada tienen que ver con la política… le dije.

Después siguieron “Brisas de Mocorito”, “El Barzón“, “La India Bonita”, entre otras muchas que hacían vibrar los corazones de la gente mocoritense, incluidos nosotros.

El Presidente de Angostura, muy molesto, solo dijo: “esto va a tener consecuencias…”, seguramente pensando en la reacción que tendría el
Gobernador Toledo Corro.

Siguió la fiesta y hasta ahí quedó el incidente.

Dos días después fui a palacio de gobierno en donde me dijeron que el Gobernador Toledo Corro quería verme y subí a su despacho. De inmediato me pasaron a la oficina.

Al verme, Toledo Corro se paró sonriendo y me dijo: “Que buena la hiciste José Angel”

-Ya le vinieron con el chisme, le respondí.

“No´mbre, esa misma tarde recibí cinco llamadas”, me dijo soltando la carcajada, festinando el asunto.

“Mira, yo no he prohibido que se toque ese corrido… son otros que creen quedar bien conmigo pero no, no es cosa mía… Es mas, estoy totalmente de acuerdo con lo que le dijiste a Adulfo. Esa es la música de Sinaloa y mas el corrido que se refiere a la carrera del alazán y el rosilllo”, dijo el “Tigre del Sur”

La música es la música, las tradiciones son las tradiciones, y la política y como la hacen los políticos es otra cosa.

Así, el corrido se tocó, los caballos siguieron corriendo de San Benito a la sierra y el torito prieto manchado de la Salina a La Cruz en las marismas de Escuinapa.

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