4/28/2011

LOS PUNTOS SOBRE LAS IES…





                                           El imperio de la impunidad
                                             -Por José Angel Sánchez López-


Muy lejos se encuentra nuestro México del Estado de Derecho, de ser el país donde imperen el orden y la observancia de las leyes.

Lejos muy lejos.

Por el contrario, lejos de imperar el Estado de Derecho existe el imperio de la impunidad, en donde los delincuentes son los que imponen la ley de la fuerza y la brutalidad ante unas autoridades tembeleques que se concretan a pregonar supuestos éxitos de una guerra sin inteligencia.

Una guerra que ya ha cobrado más de 35 mil víctimas, y se aproxima ya a las 40 mil.

A nivel federal, el gobierno del señor Felipe Calderón, que cobra (y muy bien!) como Presidente de la República, ha dado ya muestras de la desesperación que provoca la impotencia y la frustración ante el estrepitoso fracaso de la “guerra” que emprendió contras la delincuencia organizada.

Una guerra que en un principio la sociedad le aplaudió y reconoció su valor y decisión de atacar uno de los principales problemas del país, pero que al transcurso del tiempo le reprocha haberse lanzado a esa lucha sin aplicar los mas elementales métodos de inteligencia.

Es algo así como lo que otras áreas y niveles de gobierno consideran dotar de más elementos, armas y capacitación para acciones de reacción a las corporaciones policiacas como la mejor fórmula para combatir y abatir los niveles de delincuencia dejando a un lado las acciones de prevención en el seno de la sociedad.

No hay día en que los medios de comunicación dejen de reportar brutales asesinatos masivos, ya en Sinaloa, ya en Tamaulipas, ya en Nuevo León, Michoacán y la mayoría de los Estados.

En Sinaloa, un señor de doble nacionalidad, sin experiencia real en materia de prevención del delito se concreta a hacer anuncios de operativos y “blindajes” que resultan fallidos y todavía, ante el saldo de crímenes y muertes en accidentes se regodea diciendo que “no nos fue tan mal”.

Otro, abogado muy reconocido en el litigio, es obligado a maquillar cifras de los saldos rojos omitiendo los asesinatos, y a reprimir a los policías ministeriales que demandan mejora salarial y el pago de un bono que se les debe.

Y mientras, los crímenes no paran.

Los asesinatos siguen a la orden del día mientras las autoridades maquillan cifras para hacer comparativos con años pasados.

Y el crimen continúa sin respetar edades, sexos ni profesiones.

Lo mismo asesinan a un probo y admirado maestro universitario, que a una jovencita empleada de una cafetería balaceada por oponerse a un asalto, que a policías municipales, ministeriales o de la SSP, que a menores de edad y personajes de la vida pública.

En estos momentos la comunidad universitaria uaseña llora y tiembla de indignación ante el asesinato del maestro Alvaro Antonio Rendón Moreno, cuya muerte parece ser un crimen mas que se suma a la larguísima lista de asesinatos impunes que día a día crece en Sinaloa y en todo el país.

Los universitarios claman justicia para el maestro Rendón y otros 44 universitarios más que han sido asesinados en esta sangrienta ola de violencia.

Algunos periodistas y medios claman justicia para un entrañable amigo asesinado.

Si, cada quien por su lado le reza a su santo y exige justicia para los victimarios de su o sus allegados.

Pero las víctimas suman miles, decenas de miles y creo que en lugar de voces dispersas o individuales que, aunque sea a través de un medio son individuales, debe de elevarse un coro de voces por todos los rincones de Sinaloa y de México.

Retomando la expresión del poeta y periodista Javier Sicilia ante el asesinato de su hijo, es necesario generalizar muchos: ¡Ya estamos hasta la madre!.

Exigirle a los gobernantes de todos los niveles, desde el Presidente de la República, a todos los Gobernadores, a los presidentes municipales, a los jefes de las corporaciones de seguridad pública de todos los niveles: ¡Hagan su trabajo señores!

Y también rescatar aquel grito de Alejandro Martí: ¡Si no pueden renuncien!

Hay que recordarles que un gobierno tiene la obligación no solo de administrar bien los dineros públicos y realizar obras.

Entre sus responsabilidades, una muy importante es la de darle seguridad a la población.

Y que no se escuden en que el problema les fue heredado,

Cada quien, en su momento y en su campo, tuvo también su responsabilidad y también falló.

No es posible y menos justo, que en Sinaloa y en México rija el imperio de la delincuencia gracias a la impunidad que brindan la incapacidad y la colusión.
Comentarios y sugerencias a: sanlop2408@hotmail.com
Esta columna la puede leer también en el blog:
http//www.lospuntossobrelasiesdejasl.blogspot.com/ Abril 29/11

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