9/14/2013

LOS PUNTOS SOBRE LAS IES

           Preocupante futuro…?

                              - José Angel Sánchez López –

El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable.
Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.
                                                              Victor Hugo

El mensaje que el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, dirigiera a la Nación con motivo del envío de su primer informe de gobierno al Congreso tiene dos lecturas.

Para unos, es un mensaje que convoca y alienta. Convoca a los mexicanos a que seamos parte del México que no le tiene miedo a la transformación; del México decidido a trascender y dejar huella.

Para otros resulta preocupante por las cifras que revelan que el arranque de su administración en materia económica ha sido el peor de los últimos sexenios.

Los pesimistas destacan que el crecimiento en el primer trimestre cayó en 3.4% con relación al año anterior, el entorno económico se advierte grave, el desempleo crece, hay mas pobres y menos inversiones, además de que la violencia sigue manifestándose.

En el país las deudas de los Estados y Municipios siguen creciendo, en fin, una serie de problemas que lejos de resolverse crecen.

Ya lo habíamos mencionado en comentarios que escribimos el año anterior, cuando Peña Nieto delineó algunos de sus proyectos: no hay soluciones mágicas, los cambios para mejorar no pueden producirse de un día para otro, los problemas de México están muy arraigados y se requiere de tiempo y acciones decididas para comenzar a cambiar, a transformar al país.

De ahí la necesidad de llevar adelante las acciones transformadoras, eliminar viejos vicios y modernizar infraestructura y sistemas.

Así entendemos el llamado del Presidente a no tenerle miedo a la transformación.

Creemos en la expresión de Peña Nieto acerca de que la gran transformación de México sí es posible.

Pero si es posible si hay suma de esfuerzos.

Si es posible, si se cambian métodos caducos, si se crean mas empleos y son bien remunerados cumpliendo con lo que dice la Constitución sobre el salario: “…deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.

Precepto que no se aplica para millones de trabajadores que tienen empleo.

Si es posible, si hay justicia social, si los que tienen mas pagan mas impuestos y los que menos tienen pagan menos. No es justo que los grandes consorcios, los hombres más ricos del país gocen de exenciones y hasta les devuelvan millones de pesos mientras que a los pequeños empresarios, a los trabajadores el fisco los acosa y los exprime.

Si es posible si las reformas estructurales propuestas se llevan a cabo.

Ya se aprobaron algunas muy importantes para el futuro de México, como la reforma educativa y sus leyes secundarias que permitirán elevar la calidad de la educación para formas mejores mexicanos.

Pendientes la reforma energética que debe salir con criterio nacionalista pero también realista, es decir sin perder la propiedad de nuestros recursos naturales abrir las puertas a inversiones que permitan una mejor explotación y el abaratamiento de los energéticos.

La reforma fiscal que debe de ampliar las bases de recaudación, gravando a quienes hoy no pagan impuestos, la economía informal que representa un gran hoyo por donde se van miles de millones de pesos; eliminando exenciones a los grandes empresarios y bajando las cargas a los que menos tienen.

Si, es hora de crecer, pero de crecer con justicia para todos.

Que no crezca solo la macroeconomía como sucedió en los dos sexenios pasados, sino que el crecimiento alcance a todos los mexicanos.

En la óptica del contenido del mensaje presidencial, veo dos Méxicos:

El México de quienes viven aferrados a viejos moldes, de aquellos que ven temerosos un futuro incierto y nada hacen para evitarlo sino criticar, oponerse, gritar y, lo peor, tratan de sacar provecho de sus reacciones.
El México de los optimistas, de los que creen que si es posible cambiar, que la transformación del país puede lograrse si todos le entramos, cada quien en el área de su responsabilidad.

Si queremos un futuro mejor, veamos que ya es tiempo de cambiar, de transformar en busca de mejores niveles de vida para todos.

Es lo que yo pienso, en lo que creo: un México mejor con menos pobreza, con menos explotación de los trabajadores… un México justo.

Septiembre 4/2013

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