Advertencia
- José Angel Sánchez López –La solidaridad es la ternura de los pueblos.
Gioconda Belli
Dos fenómenos naturales se abatieron sobre las costas mexicanas y varios Estados del interior provocando cuantiosos daños, dejando decenas de miles de damnificados y hasta el momento un saldo fatídico de aproximadamente 130 muertos.
Los huracanes “Ingrid” y “Manuel” azotaron los dos litorales mexicanos, uno por el Golfo de México y el otro por el Pacífico, sembrando destrucción y caos.
En el caso de “Manuel” que es el que nos afecta, el meteoro dejó una estela de destrucción desde Guerrero hasta Sinaloa. Aquí ha puesto a prueba nuevamente la templanza de los sinaloenses y la solidaridad no solo de los nuestros sino también de la federación y otros Estados e instituciones que están acudiendo con apoyos para la recuperación.
Sinaloa lamenta nada mas tres casos mortales pero eso si, daños materiales que se han cuantificado oficialmente en alrededor de 2,200 millones de pesos.
El Presidente Enrique Peña Nieto vino el domingo a conocer directamente los daños en un sobrevuelo por las zonas afectadas mayormente, acompañado por el Gobernador Mario López Valdez.
Con el mandatario vinieron el Secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong; el de la Defensa Nacional General Salvador Cienfuegos Zepeda; el de Marina Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz; el Coordinador General de Comunicación Social David López Gutiérrez; el Director General de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld Federman, entre otros funcionarios
Dejó el Presidente el compromiso de apoyar a Sinaloa para la reconstrucción, aun cuando advirtió que los recursos del Fonden no alcanzarán para cubrir todos los daños ocasionados por los dos ciclones en el país. Pero habrá ayuda.
Es terrible lo que pasó pero no es la primer desgracia que ocurre en Sinaloa.
Podemos asegurar que los sinaloenses ya estamos templados ante este tipo de azotes y tenemos los ánimos suficientes para trabajar en la recuperación, pero claro, se requieren los apoyos.
Vale destacar que el gobierno del Estado y las autoridades federales, especialmente Ejército y Marina actuaron con oportunidad.
La coordinación lograda permitió que se tomaran medidas y las pérdidas humanas no fueran mayores.
La ayuda emergente para el rescate de los damnificados, cuando todavía no cesaba la furia de las aguas que corrían impetuosas por ríos arroyos, cubriendo caminos y poblados, fue oportuna.
Mario López Valdez acudió a las zonas mas afectadas cuando aun no cesaba la lluvia. Gerardo Vargas Landeros coordinando los esfuerzos de los tres niveles de gobierno.
“Manuel” fue un fenómeno caprichoso. Recorrió el Pacífico como tormenta tropical, se movía en trayectoria errática al llegar frente a Sinaloa y pasó a categoría de huracán 1 cuando entraba a tierra en las costas de Angostura dejando caer diluvios de agua sobre Culiacán (410 milímetros acumulados), Navolato, Angostura, Salvador Alvarado, Mocorito. También cayeron torrenciales aguaceros en Sinaloa municipio, lo mismo que en Badiraguato y en el sur, desde Elota hasta Escuinapa.
En la capital del Estado, sus partes bajas, quedaron convertidas en zonas de desastre.
Este huracán nos deja una vez más otra lección costosa, muy costosa en daños: No hay que retar a la naturaleza.
La construcción de colonias, fraccionamientos y edificios no debe permitirse más en zonas de riesgo. Se abusó usando el lecho de los ríos para levantar edificios y fraccionamientos.
Ya hace algunos años se ha inundado Las Quintas. Hoy fueron más fraccionamientos y hasta el edificio del Congreso sufrió severos daños.
Ahí están los daños de hoy, pero hay otras bombas de tiempo en el Estado, como es, por ejemplo, el caso de Mazatlán.
Si “Manuel” hubiera descargado sus torrentes en el puerto, la zona de El Infiernillo y otras bajas se hubiesen inundado gravemente. Ya se ha advertido en varias ocasiones: un ciclón coincidiendo con marea alta en Mazatlán provocarían una hecatombe. Pero siguen construyendo y habitando.
Las autoridades son responsables ya que por un lado autorizan fraccionar, por otro lado legalizan invasiones y hasta las dotan de servicios. Y todos contentos hasta que lleguen las desgracias. Todos lamentan y no hay mas culpables que la naturaleza.
Manuel pues, ha sido otro aviso.
Septiembre 27/2013
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