12/03/2013

LOS PUNTOS SOBRE LAS IES

                   Universidad en crisis…

                                           - José Angel Sánchez López –

En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre.
Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes.
                                  Jean de la Bruyere

En lo que sucede prácticamente todos los años, una vez mas la Universidad Autónoma de Sinaloa se encuentra de nuevo sumida en una seria crisis económica: no hay dinero para el pago de sueldos y aguinaldos.

Mientras la máxima casa de estudios sinaloenses supera cada día sus niveles académicos, amplía su oferta educativa y se proyecta internacionalmente, los recursos económicos que requiere le son regateados y hasta negados.

En estos momentos los requerimientos más urgentes de la UAS se elevan a 566 millones de pesos y el Rector Juan Eulogio Guerra Liera ha tenido que declarar un estado de emergencia y advierte la posibilidad de tomar la calle para elevar el volumen de las justas demandas.

Al momento de redactar estas líneas el Rector Guerra Liera buscaba la posibilidad de entrevistarse con el Presidente Enrique Peña Nieto en su visita a Mazatlán. El Gobernador Mario López Valdez ofreció ser interlocutor ante el mandatario para hacerle ver la urgente necesidad de dar respuestas positivas a las demandas de la comunidad universitaria.

Mas allá de la insuficiencia de los subsidios estatal y federal, está el incumplimiento de compromisos, principalmente el suscrito en su momento por el entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa con el Rector Víctor Antonio Corrales Burgueño que suman 350 millones de pesos, mas 118 millones correspondientes al aumento salarial al personal universitario comprometido por el gobierno federal.

La Universidad pagó ese incremento pero el recurso no le ha sido reintegrado por la federación.

Nuestra Universidad ha venido sufriendo desde hace años una actitud discriminatoria de parte de las autoridades en cuanto a los subsidios que
requiere para cumplir con su cometido de impartir una educación superior de calidad.

Aquella Universidad caótica, donde se privilegiaba la ideología sobre la formación académica, donde se utilizaba a los alumnos para las manifestaciones paralizando a la institución y desquiciando las actividades de las ciudades donde funcionaban las escuelas de la institución, hace años que quedó atrás.

A partir de la década de los ochenta, la UAS comenzó a cambiar, a enfilar hacia el desarrollo académico y a egresar nuevos profesionistas mejor preparados.

Luego, desde la rectoría de Héctor Melesio Cuen Ojeda el proceso de mejoría se aceleró. Se liberó a la Universidad de añejos vicios que perduraban y se privilegió con énfasis la calidad de sus programas y la investigación, acciones que han continuado los sucesivos rectores, Víctor Antonio Corrales Burgueño y Juan Eulogio Guerra Liera.

La actual administración presentó recientemente un plan de trabajo contenido en siete ejes estratégicos para desarrollar en su periodo rectoral. Fue elaborado con las propuestas hechas por la comunidad universitaria, así como por diversos sinaloenses, lo que, al decir del Rector Guerra Liera lo hace mucho más rico en contenido y crea la plataforma propicia para la búsqueda de grandes aspiraciones y proyectos comunes.

Hoy, la UAS está reconocida como una de las cinco mejores instituciones de educación superior de México.

Tiene reconocimiento, si, pero no los apoyos económicos que necesita y que son necesarios para que siga por ese camino, haciendo honor a su lema “Sursum Versus”.

El trato del gobierno federal hacia la institución es discriminatorio, ya que el subsidio por alumno que se le otorga es infinitamente inferior al de otras instituciones con menor calidad en sus programas académicos.

En estos momentos la emergencia financiera requiere de respuesta inmediata antes de que estalle otra crisis que lleve a la comunidad universitaria a las calles y se desquicien las diferentes actividades de Sinaloa.

Pero, mas allá de atender la emergencia financiera está el se reconozca en los hechos, no simbólica sino económicamente a la institución orgullo de los sinaloenses y una de las cinco joyas de la educación superior de México.

Que cese la discriminación oficial y que se otorguen los subsidios que le corresponden por su población universitaria y por su calidad académica.

Sursum Versus.

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