LOS PUNTOS SOBRE LAS IES

             Prevenir, no solo combatir…

                                                    - José Angel Sánchez López -

Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
                                                                Benjamin Franklin

Desde hace varios años hemos venido señalando que el combate a la delincuencia no debe realizarse solamente a través de las acciones policiacas, sino que es necesario hacerlo también, y con especial énfasis, con la prevención.

Demostrado está a lo largo de los años en que se han intensificado las acciones represivas en contra de la delincuencia organizada que no se ha logrado contener el avance de los índices delictivos.

Si bien, las autoridades de los diferentes niveles presentan estadísticas en donde se refleja que hay reducción en los índices de violencia, también es cierto que esas autoridades se refieren a los crímenes de alto impacto como los asesinatos, ajustes de cuentas y enfrentamientos entre grupos o de éstos con autoridades.

Pero hay otras cifras de las que no hay difusión, y que se refieren a otro tipo de delitos, como los asaltos, robo de vehículos, robo a casas habitación y comercios, y ni que decir del narcomenudeo generador de delincuencia, cuyos índices van a la alza.

Mientras no se emprendan acciones reales y a fondo para la prevención, el delito seguirá creciendo.

La delincuencia es como la hidra: se le corta una cabeza y surgen otras.

Demostrado está en el caso del narcotráfico, en donde se han capturado a algunos jefes de grupos, pero estos siguen operando, dispersándose o reagrupándose bajo otros mandos.

Prueba de que todas las acciones policiacas represivas de poco han servido es el auge del narcomenudeo, presente en ciudades, grandes, medianas o pequeñas y hasta en sindicaturas y campos agrícolas y pesqueros.

El argumento de las autoridades de todos los niveles que entienden por prevención solamente las tareas policiacas de represión hace mucho que dejó de ser válido.

Por ello, vemos con beneplácito y aplaudimos la decisión del Presidente Enrique Peña Nieto al emprender Programa Nacional de Prevención del Delito puesto en marcha con la instalación de la Comisión para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, acto en el que señaló que las armas no son la única opción ante el crimen.

¡Claro que no!

Hay que entrarle de lleno a la prevención y así lo ha entendido el Presidente Peña Nieto, quien en el acto de arranque de esta nueva estrategia señaló que, además de aumentar la sofisticación de los armamentos, policías y equipamientos para combatir a la delincuencia organizada, se transformarán los entornos y abatirán de fondo las causales del delito.

El Presidente abundó: “Nuestro objetivo es disminuir los factores de riesgo y revertir las condiciones sociales, económicas y culturales que propician la violencia y el delito. El uso legítimo de la fuerza institucional es necesario para garantizar el Estado de Derecho, pero no significa que lo sea todo. Es indispensable darle mayor peso a la prevención”,

Y ese es precisamente el camino, abrir otro frente para ir cercenando las cabezas de la hidra y evitar que surjan nuevas.

¿Cómo? A través de los programas de prevención que involucren a la ciudadanía a fin de ir construyendo nuevos muros que permitan por un lado darle a la ciudadanía la seguridad que reclama, a las víctimas de la violencia la atención integral que necesitan, atención a los niños, jóvenes, mujeres y población en condición de vulnerabilidad mentalidad.

Construir muros contra los que se estrellen los embates de la delincuencia, crear a través de un sistema educativo de alta calidad una real escuela donde además de las ciencias básicas se añadan los valores, que se despierte en los niños y jóvenes el interés y gusto por las diferentes manifestaciones de las artes y los deportes.

Crear, pues un sistema educativo que forme nuevas generaciones inmunes a las tentaciones de la supuesta “vida fácil” de los delincuentes.

Las medidas contenidas en la estrategia del Programa Nacional de Prevención del Delito son positivas y realizables si las acciones se ponen en manos de gente capaz y honesta.

Y que se abran las puertas a una real participación ciudadana porque sin ella, ningún programa preventivo podrá tener resultados.

Combatir a la delincuencia a través de la prevención debe de ser responsabilidad tanto de gobierno como de ciudadanos.
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