Y la seguridad de la sociedad…?
-José Angel Sánchez López-
El miedo es el más peligroso de los sentimientos colectivos.
André Maurois
La sociedad sinaloense se debate entre el temor, la incredulidad y asombro ante el clima de violencia e inseguridad que se vive en estos momentos.
Temor porque cotidianamente estamos recibiendo noticias de acontecimientos que ponen de manifiesto que los criminales siguen asesinando gente, atacando y matando policías mientras la impunidad sigue vigente.
Incredulidad ante los anuncios que hacen los funcionarios responsables de la seguridad pública y la persecución del delito citando cifras maquilladas y adoptando poses mediáticas muy distantes de lo que los ciudadanos queremos ver y entender.
Asombro, porque vemos como algunos jefes policiacos se preocupan más por su protección personal y la de sus jefes, que por la de quienes a través de los impuestos les proporcionan atractivos sueldos.
En Los Mochis, la semana anterior las autoridades municipales convocaron a los jefes de redacción y editores de algunos medios de comunicación, los mas importantes a su personal juicio, para darles a conocer un “protocolo de seguridad” supuestamente para los periodistas que cubren la nota policiaca, cuando en realidad se trataba a todas luces de justificar limitaciones para el libre ejercicio de la actividad comunicadora.
El señor Secretario del Ayuntamiento, Zenén Padilla se aventó la puntada de decir que “antes reportear la nota policiaca era como reportear sociales”, ignorando lo que ha sido y es el ejercicio de esta actividad.
Seguramente se refirió a algunos reporteros de la llamada nota roja que “reportean” en los “partes policiacos”, mas no realizan profesionalmente su labor.
Es cierto, hoy la inseguridad es alta y la labor del periodista es de riesgo, como lo es para los policías y para cualquier ciudadano el de transitar por cualquier calle en los momentos en que se registra una balacera.
Claro, el reportero que atiende su oficio debe tomar sus precauciones, pero de eso, a que se le prohíba el acceso hasta a las instalaciones de la Policía Municipal por razones nada claras, hay mucha diferencia.
Vivimos momentos difíciles, si.
Los delincuentes siguen sueltos, circulan libremente por nuestras calles y cuando se les pega la gana o los mandan, rafaguean patrullas policiacas, matan, hieren y ponen en fuga a los policías.
Y el jefe de la corporación se encierra en su bunker para no responder preguntas incómodas.
¿Para eso era el “protocolo de seguridad” al que los periodistas mochitenses convocados avalaron sumisamente…?
Por otra parte, que ya no nos asombra, porque como siempre sucede, terminamos por acostumbrarnos, tenemos la comparecencia “ligth” del flamante Secretario de Seguridad Pública, Frank Córdova Celaya ante los diputados locales, cuya mayoría parecía haber sido maiceada previamente para no hacer muchas preguntas incómodas
El señor habló de lo que quiso, dio números si no alegres, si maquillados, a cada momento pedía disculpas cuando se le solicitaba ampliara la información o detalles y argumentaba no tener los datos a la mano, dejando en el aire las interrogantes.
Mas aun, el señor tuvo expresiones que dejan mucho que desear de un funcionario con su responsabilidad, como aquella: “No sé a qué nivel tenemos que bajar el homicidio doloso, no sé a qué nivel tenemos que bajar el robo de vehículo, el robo a comercio, el asalto, pero tiene que ser un nivel donde la gente ya no tiene miedo de salir a la calle, donde la gente no vive en la zozobra, donde la gente no piensa de que si sale su hijo a las 9 ó 10 de la noche que pudiera no regresar…"
Por favor…”no sé… no sé…”
Con justificada razón el columnista de Noroeste en su “Malecón” observa que algunos diputados salieron llamando Sócrates al señor Córdova. Si, Sócrates, el filósofo griego por aquello de la frase “solo se que no sé nada…”
En lo que se refiere a la procuración de justicia, la Procuraduría General de Justicia emitió un boletín informando sobre los “avances” en las investigaciones del homicidio de Luis Pérez Hernández, que el miércoles cumplió un año de haberse cometido.
El dichoso “boletín” resume que se han realizado 27 pruebas periciales relacionadas con los indicios hallados en la escena del delito, nueve declaraciones de personas, ocho inspecciones, 81 fotografías y distintas videograbaciones, además de objetos asegurados, como 53 casquillos calibre 7.6 x 39 mm., 11 casquillos 9 mm., unas esposas metálicas, dos mecates de ixtle y una cobija.
Esos son avances…? ¡Por favor, señores… seriedad!.
Pero mientras tanto hay mas armas para las policías y los gobernantes se lucen posando con ellas, y mas agentes policiacos dedicados a cuidar la seguridad de ellos, mientras que los de la calle son atacados y tienen que correr para salvar sus vidas y el ciudadano común y corriente, rezar y pedir a Dios que lo proteja…
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Enero 27/2011
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