3/03/2012

LOS PUNTOS SOBRE LAS IES…

                         Donde quedó el ideal panista…?
                                               -José Angel Sánchez López-

Conocer a un hombre y conocer lo que tiene
dentro de la cabeza, son asuntos distintos.
                                    Ernest Hemingway

Ya en alguna ocasión anterior nos habíamos referido en nuestros comentarios a como algunos dirigentes neo panistas han desvirtuado las ideas que inspiraron al joven Manuel Gómez Morín y un grupo de inquietos amigos que comulgaban con el proyecto de una organización política que contribuyera a la transformación política y social de México.

Aquellos jóvenes, que guiados por la chispa encendida por el joven originario de Batopilas pensaron en “una organización permanente de todos aquellos que, sin prejuicio, resentimientos ni apetitos personales, quieren hacer valer en la vida pública su convicción en una causa clara, definida, coincidente con la naturaleza real de la Nación y conforme con la dignidad de la persona humana.”

Un año después del nacimiento del Partido Acción Nacional (1939) llega la idea a Sinaloa y en Los Mochis se funda en 1940 el primer comité directivo estatal a iniciativa de Alejandro Avilés y eligen a Miguel Granados Morales como su primer dirigente.

En nuestra trayectoria periodística hemos conocido a panistas que portaban orgullosos la bandera de esos ideales al margen de intereses personales, luchando siempre por sus convicciones democráticas, como Pedro Rigoberto López Alarid, Esteban Zamora Camacho, Jorge del Rincón, Gabriel Palomares, Héctor Estrada, Zenén Xochihua Valdés, Ramón Mucio Rivera, Andrés Cázarez Camacho (el primer candidato panista al gobierno de Sinaloa), Rosendo Peralta, entre muchos otros.

Todos ellos defendían con ímpetu ardiente los ideales de Acción Nacional y pelearon con ardor contra los fraudes.

En los tiempos que hoy corren vemos como aquellos ideales ya no existen, han sido desplazados por las desmedidas ambiciones de quienes ven en el PAN el vehículo para conquistar el poder por el poder y a costa de lo que sea.

Y la terminología también ha cambiado.

A los fraudes atribuidos al PRI en los procesos electorales, internos y externos, hoy en el PAN se les llama “trampitas” y “trampotas”, como lo expresara hace unos días el dirigente estatal panista Francisco Solano Urías.

A nivel nacional vemos como lo que ayer condenaban los panistas y otros partidos, los excesos del poder y la corrupción, hoy lo practican aquellos que bajo sus banderas han llegado a los puestos públicos de todos los niveles.

En el sexenio de Vicente Fox y en el actual de Felipe Calderón persisten y hasta superadas, las prácticas corruptas para el enriquecimiento de funcionarios y ni que decir el uso del poder para cooptar votos para determinados candidatos.

Ya vimos el caso de Michoacán, en donde todo el peso del Estado se movió para apoyar a la hermana del Presidente, Luisa María Calderón, pero pudo mas el hartazgo de los michoacanos por los excesos y la incapacidad del gobierno federal panista y la mejor oferta que planteó el candidato priista.

Hoy, en el proceso interno para la selección de los candidatos al Congreso vuelven a manifestarse corruptelas que antes el panismo condenaba y señalaba al PRI.

Movilización o acarreo de votantes, utilización de recursos oficiales para impulsar candidaturas, como sucedió en el distrito 02 con regidores que entregaban apoyos a cambio de votos para que Gerardo Peña fuera el candidato a la diputación.

Las presiones para sacar de la jugada por las candidaturas a Alejandro Higuera, a Guadalupe Carrizoza, el rechazo al registro de Manuel Clouthier Carrillo.

Luego, las maniobras recién denunciadas por Luis Roberto Loaiza Garzón y Guadalupe Carrizoza por el uso de documentación y recursos federales para
impulsar las candidaturas de Carlos Castaños, y Francisco Salvador López Brito.

Vemos como las candidaturas plurinominales se las reparten en la cúpula panista, como si fuera botín de guerra, entre sus mas cercanos y mejores afectos, descartando a auténticos luchadores que han dedicado casi toda su vida a luchar por los ideales panistas, como es el caso de Jorge del Rincón, un militante que es todo un emblema del panismo sinaloense, el primero que ganó por mayoría una diputación federal en Sinaloa, a quien si bien “lo tomaron en cuenta en la lista”, lo enviaron a la casilla número 26, en donde no tiene ninguna posibilidad.

Los panistas que hoy manejan el partido, reparten parcelas del festín entre cuates, afectos y acérrimos enemigos políticos enterrando los ideales de Gómez Morín.

Ganan los arribistas y los enemigos de Acción Nacional y pierden los que militan por auténtica vocación, porque aún creen que a través de su partido pueden transformar a México para que en este país impere el bien común.

Pero la realidad entierra los sueños.

Y en el PRI también se cuecen habas. Pero esa… es otra historia!
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Marzo 1º/2012

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