LOS PUNTOS SOBRE LAS IES

                 A mi que me enseñen a parir…

                                          - José Angel Sánchez López -

El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica
                                                      Mariano Grondona

Entre los rencores que anidaban en el pecho de Alfonso G. Calderón al arribar a la gubernatura de Sinaloa había uno contra Manuel Moreno Rivas, en ese entonces propietario de los periódicos El Debate de Los Mochis y Culiacán.

Resabios originados por notas publicadas en el periódico señalando acciones dirigidas por el líder obrero cuando todavía era aspirante, en contra de grupos empresariales a los que pertenecían otros aspirantes, como Ernesto Ortegón Cervera y Canuto Ibarra Guerrero.

Por aquellos tiempos, Calderón Velarde era Senador de la República y dirigía por tercera vez la Federación de Trabajadores de Sinaloa.

Ya Gobernador, en los albores de su administración, Calderón presidió un evento en el auditorio del ejido Jiquilpan y en medio de un fogoso discurso, con su muy característico estilo de oratoria se refirió a quienes le criticaban sus orígenes y quisieron impedirle llegar a la gubernatura, y soltó aquella frase:

“A mi que me enseñen a parir… no a hacer política!”

Una de las cientos, quizá miles de folklóricas frases que pronunció el hombre originario de Calabacillas, Chihuahua, que llegó a Los Mochis siendo todavía un niño para forjarse entre el lodo y las tiznadas del ingenio azucarero en donde inició su carrera sindical que lo llevó a la política.

Viene a colación este tema por la reacción del Gobernador Mario López Valdez ante las críticas que desató con su presencia y actos en el tianguis culiacanense de “Los Huizaches” en donde acompañado de varios de sus cercanos colaboradores y el alcalde Aarón Rivas se dio otro baño de pueblo, de esos que tanto le gustan al de Cubiri de la Loma.

Recorrió el tianguis entre bailada y bailada, saludos, abrazos, apapachos y regalando a la gente que se arremolinaba a su alrededor chorizo, huevos, tacos, aguas frescas, gelatinas y cuanto había en los puestos.

Claro, todo fue pagado, ya por el Gobernador, ya por sus colaboradores, dejando satisfechos a tianguistas y pueblo que lo siguió.

Esa actitud populista fue elogiada por unos, festinada por otros (dependiendo de la relación o el cuidado de los comunicadores para estar bien con el jefe) y criticada por otros mas, entre ellos Francisco Solano Urías el dirigente estatal del PAN, partido que abanderó las aspiraciones de Malova para que llegara a la gubernatura.

Y como Malova, al igual que Calderón no solo guarda todavía viejos resabios sino que tampoco se queda con ninguna y todas las devuelve, así que el martes lanzó su respuesta.

Así que advirtió: "Les guste o no les guste, no es por darles 'las contras', pero eso está en mi línea pues, y si la línea de los que no les gusta es otra, pues a ver si se alinean. A la gente le gusta que yo le ayude, y le gusta que vaya y esté en contacto cercano con ellos; lamento que a mucha gente no le guste, y si a ellos no les gusta, pues que me perdonen",

Ah!, pero todavía le siguió y ahora con mensaje directo para Solano y comunicadores criticones: "Yo no les digo cómo dirijan el partido, ni les digo cómo escriban en un periódico, o cómo hagan una nota periodística. Y creo que la función de la política es ayudar a la gente; 'habrase visto', dijo mi abuela, que por ir y por estar cerca de la gente y ayudarla esté siendo criticado, si ése es el punto, pues bienvenida la crítica”.

Así las cosas, no hay mucha diferencia, distancia en tiempo si, ¡y en estatura también! entre las posturas y expresiones de Calderón con las de Malova.

A Calderón también le gustaba ir hacia la gente, saludar personalmente, ponerlos a bailar o a cantar… ¡pero no bailaba y ¡hay! de aquel que le pidiera que lo hiciera…!!

En una ocasión, en campaña, al cruzar un arroyo la camioneta en que iba Calderón se atascó. Se bajó a ayudar a la gente a empujar el vehículo sin importarle el baño de lodo.

A Malova, si le ponen unos guantes o una máscara de luchador, lo acepta y ni se diga un bat enfrente porque se pone a batear.

Acciones que caen en el populismo, mal visto por unos, aplaudido por otros, sobre todo por la gente a la que le llega con esos desplantes.

Pero como ya lo advirtió es su línea y que!... a ver si se alínean…!
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Agosto 10/2012