6/14/2012

PUNTO Y APARTE

                                 Libertad y Derechos

                                          --- José Angel Sánchez López ---

En estos días que corren del sexto mes del año entre otras fechas se festejó el Día de la Libertad de Expresión y a la semana siguiente el décimo aniversario de la promulgación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Dos temas muy interesantes e importantes, que van ligados.

Uno, porque la Libertad de Expresión es un derecho de todo individuo libre , como es la libertad de pensamiento, un derecho universal.

Lamentablemente ese derecho a la libertad de expresión, hay países en donde no existe y todo aquel individuo que osa expresar sus pensamientos contrarios a regímenes totalitarios es reprimido.

Cuba, Venezuela y otros países incluidos los del mundo islámico sufren graves restricciones y la represión cae sobre quien osa expresarse libremente.

En México si bien es cierto gozamos de ese derecho de libre expresión, también lo es que hay gobernantes y poderes fácticos que se sienten lastimados por el libre ejercicio de la expresión del pensamiento.

Muchos periodistas han sido asesinados por tratar de ejercer libremente ese derecho, porque tocan intereses fuertes.

Otros muchos mas, si bien no reciben balas, si sufren la marginación, el repudio, el acoso y el reclamo de quienes se sienten aludidos o son refractarios a la crítica.

Funcionarios hay que solo desean escuchar y leer halagos y se indignan hasta la ira cuando se les señalan errores y se les critica.

Sufren el síndrome del ladrillo, se marean en cuanto suben y se consideran los poseedores de toda la razón, omnipotentes en sus criterios y acciones.

Es precisamente para bajar del ladrillo a ese tipo de funcionarios, para lo que sirve el libre ejercicio del periodismo.

La libertad de pensamiento coloca a los individuos en posiciones encontradas, pues es obvio que no todos razonan igual, no todos pensamos igual y existen las divergencias.

Divergencias que deben de ser confrontadas a través del análisis y la exposición de ideas, dejando a un lado la cerrazón para alcanzar entendimientos que conlleven a una buena relación y a enderezar lo que está chueco, a mejorar la convivencia social.

La transparencia y el acceso a la información gubernamental, que fue legislada y puesta en vigor hace ya una década, viene a ser también un derecho de toda sociedad libre.

Pero hubo de ser legislada, para convertir ese deber y ese derecho en una ley que le garantice a la ciudadanía estar enterada de las acciones de sus gobernantes.

Es un derecho de todo ciudadano integrante de una sociedad libre y democrática demandar de los servidores públicos que se le informe de lo que quiere y debe saber.

Ese derecho es lo que hace posible la transparencia de la acción gubernamental.

Lamentablemente, como sucede en muchos casos con la libertad de expresión, restringida o reprimida por funcionarios de mente obtusa, esa ley, que por cierto la estatal fue promulgada poco antes que la federal durante la administración de Juan S. Millán, viene viciada de origen porque mantiene candados para determinado tipo de información calificada como “reservada” y que no puede ser liberada sino transcurridos varios años.

Sin embargo, aunque falta aun mucho por hacer en esta materia, su vigencia si da y ha dado lugar a la obtención de información que revela malos u oscuros manejos en la administración pública.

Hay autoridades, hay funcionarios que tratan de obstaculizar la difusión o conocimiento público de sus manejos, sobre todo los económicos.

Deben recordar esos funcionarios, del nivel que sea, que los dueños de la información son los ciudadanos

Pero, la vigencia y la apertura, poca o regular que se ha venido dando es positiva, es un paso dentro de la democracia.

Libertad de Expresión y Libre Acceso a la Información Gubernamental son derechos de todo ciudadano y la transparencia es obligación de toda autoridad que debe ser acatada por todos los funcionarios públicos.

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