5/27/2014

APUNTES DE REPORTERO

                    Topolobampo, un sitio en la historia

                                           - José Angel Sánchez López -
                                                               Segunda parte

Nuestro artículo anterior provocó reacciones interesantes, unas por el contenido de datos históricos prácticamente desconocidos y otras porque hay quienes aseguran y defienden la tesis de que el primer combate aeronaval no ocurrió en Topolobampo, sino en Guaymas.

Asimismo, se consignan hechos bélicos con el mismo aeroplano registrados en 1912 y hay quienes aseguran que fue el primer bombardeo aéreo del mundo.

Vayamos por partes:

La referencia del primer bombardeo aéreo mundial data del 15 de Julio de 1849 realizado desde globos no tripulados cargados de explosivos que cayeron sobre Venecia. (Wikipedia).

De acuerdo con esto, fue el imperio austriaco el que realizó el primer bombardeo aéreo de la historia y fue contra sus súbditos sublevados de Venecia.

Según la misma enciclopedia el primer bombardeo aéreo realizado desde avión se registró en 1911 y fue Italia el país que inauguró este nuevo sistema bélico. Esto ocurrió el primero de noviembre de 1911 y el avión era un Etrich Taube tripulado por el piloto Giulio Gavotti quien lanzó a mano cuatro granadas de dos kilos sobre el campamento de Ain Zara y Tajiura, en Libia durante la guerra entre Italia y Turquía en el norte de África.

En México es en 1912 cuando se adquieren los primeros aviones por el gobierno de don Francisco Y. Madero y se utilizan en la región lagunera para atacar a las fuerzas de Pascual Orozco. Se tiene como dato por fotografías y documentos la fecha del 1º de Agosto de 1912, como el nacimiento de lo que es hoy la Fuerza Aérea Mexicana, oficializada como Fuerza Aérea Nacional por don Venustiano Carranza el 5 de febrero de 1915.

En 1913 las fuerzas carrancistas levantadas tras el asesinato de Madero y Pino Suárez, dirigidas por el Gral. Alvaro Obregón y el Gobernador de Sonora Ignacio Pesqueira, adquieren el avión G.L. Martin Pusher que es bautizado como “Sonora”, el que, tripulado por el Cap. Gustavo Salinas es utilizado el 30 de Mayo de 1913 para atacar a los barcos federales “Guerrero”, “Tampico”, “Morelos”, “Oaxaca” y “Demócrata” que, fondeados frente a Guaymas atacaban a los constitucionalistas que tenían sitiada la ciudad.

Y, efectivamente, el biplano “Sonora” lanzó bombas pero no explotaron. Solo sembraron pánico entre los tripulantes que se lanzaron al agua y no hicieron frente.

Es hasta el 14 de Abril de 1914 cuando se registra lo que si fue un combate aeronaval cuando el biplano tripulado por el Cap. Salinas y el mecánico Madariaga bombardeó y causó daños al cañonero “Guerrero” poniéndolo en fuga.

Del barco bombardeado se hicieron disparos de fusil hacia el biplano, ya que los cañones con que estaba equipado no tenían movilidad para fuego antiaéreo.

Hubo efectividad en el lanzamiento de las bombas y respuesta de fusiles desde el navío, contrario a lo ocurrido un año antes en Guaymas en donde el ataque aéreo fue frustrado al no estallar las bombas lanzadas ni haber respuesta de fuego.

Hay también quienes afirmaban que el primer bombardeo fue en Mazatlán, pero es inexacto. En efecto, nos comentaba el historiador José Armando Infante, que después del combate de Topolobampo, el Cap. Salinas se fue a Mazatlán con el biplano y en una de las acciones hubo una falla en el aparato y accidentalmente soltó una bomba sobre el pueblo para luego estrellarse. Se habla de seis víctimas mortales por el estallido.

Es por ello que oficialmente es reconocido el combate de Topolobampo como la primera batalla aeronaval del mundo.

Y es por ello, también, que insistimos en que Topolobampo es un punto importante en la historia regional y de México.

Pese a ello historiadores de la región lagunera (Torreón) y de Guaymas insisten en que fue la del puerto sonorense la primera batalla aeronaval del mundo.

Pero, insisto, nuestro puerto y aquel hecho bélico ya tienen reconocimiento oficial y figuran en el mapa histórico mundial.

NOTA.
Mi agradecimiento a mis apreciados lectores que nos enviaron sus comentarios y aportaciones para el documento. Disculpen no citar sus nombres porque la lista es un poco larga y no quisiera pasar por alto a alguno. Gracias















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