LOS PUNTOS SOBRE LAS IES

                  El sueño que nos robaron…

                             - José Angel Sánchez López –

Yo veo un México con hambre y con sed de justicia.
                                     Luis Donaldo Colosio

Veinte años se cumplen este 23 de marzo del asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Veinte años del asesinato de un sueño, de una esperanza cifrada en la candidatura del hombre de Magdalena que encarnaba en sus proyectos los sueños de justicia que por decenios han estado presentes en las mentes de la inmensa mayoría de los mexicanos.

Aquel discurso de Colosio el 6 de marzo de 1994, pronunciado en el monumento a la Revolución en el marco del LXV aniversario del, PRI sacudiría a la Nación, removiendo en los corazones las ansias de justicia y democracia.

“¡México no quiere aventuras políticas!. ¡México no quiere saltos al vacío!. ¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces!. ¡México quiere democracia pero rechaza su perversión: la demagogia!..” exclamó Colosio y sus palabras sacudían conciencias, unas, millares, con renovadas esperanzas e ilusiones de un México mejor y justo, pero otras con verdadero pavor que les despertaba la posibilidad de que se terminaran sus ambiciones de perpetuarse en el poder.

“No queremos candidatos que, al ser postulados, los primeros sorprendidos en conocer su supuesta militancia, seamos los propios priístas…” decía Colosio planteando una realidad vigente hasta nuestros días cuando vemos que el PRI postula a candidatos que jamás de habían parado siquiera en sus oficinas, y menos aun eran militantes.

“Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales… Veo a
ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso...” seguían las palabras del candidato que hoy en día están presentes en nuestras mentes y las de millones de mexicanos en cuyos hogares siguen presentes el hambre y la sed de justicia.

Su discurso alentador de esperanzas, ofrecía hacer realidad los sueños de justicia e igualdad.

Pero marcó su sentencia de muerte.

Heriberto Galindo Quiñones, amigo personal de Luis Donaldo narra en uno de los artículos que escribió recientemente sobre Colosio:

“Mazatlán fue un éxito en todos los órdenes, tanto el mitin frente al mar en Olas Altas en la zona del clavadista como la visita al barrio conocido como El Infiernillo donde al finalizar el candidato me preguntó quién era el mejor periodista de Mazatlán y yo le contesté que Francisco Chiquete y Fernando Zepeda, a quienes invitó a subirse a su vehículo para darles una de las últimas entrevistas otorgadas en la vida del sonorense…”. Se refería a la víspera del magnicidio. Era el 22 de Marzo.

Ahí estaba presente el que este escribe. Fui atrás de la camioneta hasta el aeropuerto. Me acerqué a ellos cuando bajaron del vehículo, cuando el Gral. Domiro García le dijo que le hablaban. Colosio se retiró unos metros para atender la llamada, luego se volvió sonriente y exclamó: “Camacho acaba de anunciar que se retira!!!”

Se refería a Manuel Camacho Solís quien seguía haciendo ruido, boicoteando la campaña colosista enojado porque Carlos Salinas no lo designó candidato.

Se despidió de todos contento, muy contento.

El camino estaba despejado. Había oposición si, Diego Fernández de Cevallos por el PAN y Cuauhtémoc Cárdenas por el PRD, pero el carisma de Colosio el entusiasmo que levantaba su candidatura, la fé, la esperanza, los sueños de los mexicanos garantizaban su triunfo.

Esa noche en la reunión con directivos de los medios de comunicación lo vimos muy contento. Saludaba de mano a cada uno de los presentes en La Palma del Executivo. Cuando llegó a donde yo estaba se detuvo, puso su mano en mi brazo y me dijo: “José Angel, como está la familia?…”

Otro día temprano después de correr en el malecón, tuvo una entrevista para Promomedios con Alfredo Ramírez, la última en la vida del candidato.

Se fue a La Paz y horas después al encuentro con su trágico destino en Lomas Taurinas de Tijuana.

Ahí la mano de Mario Aburto segó su vida.

El asesino material está en prisión. Los intelectuales, Salinas y Cordova Montoya, libres.

Los sueños de un México mejor fueron asesinados en Lomas Taurinas.

Los podrá rescatar Peña Nieto…?

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