5/28/2014

APUNTES DE REPORTERO

                          Las carreteras de Sánchez Celis

                                                    - José Angel Sánchez López -

Leopoldo Sánchez Celis gobernó Sinaloa de 1963 a 1968 con mano férrea y visión de futuro, dejando huella tanto en los valles como en los altos.

En su gobierno concedió la autonomía a la Universidad de Sinaloa, hoy Universidad Autónoma de Sinaloa, creó el Instituto Tecnológico de Culiacán, constituyó el Plan Sinaloa de Superación Campesina, combatió el vicio promulgando la primera Ley de Alcoholes, mantuvo la tranquilidad en el Estado obligando a los grupos del narcotráfico a dirimir sus problemas fuera de Sinaloa.

Una de las obras importantes de su gobierno, independientemente de las ya mencionadas, fue la construcción de caminos, la red de carreteras pavimentadas hacia las cabeceras municipales de la zona serrana.

Para impulsar este programa logró la anuencia de los sectores productivos para aportar dos centavos por litro de gasolina y uno por litro de diesel.

Así, de la carretera Internacional se desprendieron carreteras estatales hacia las cabeceras de los municipios alteños y algunas hacia la costa.

Una de esas obras, la carretera Los Mochis-El Fuerte-Choix, es la que nos ocupa en esta anécdota histórica.

El miércoles 8 de Enero de 1964, iniciaba el segundo año del mandato sanchezcelista, llegó a la redacción de El Debate el Ing. Salvador Martínez.

Amigo que era de mi padre al verlo me acerqué para atenderlo y escucharlo: “¿Ya vieron lo que están haciendo en la carretera a El Fuerte…? Es un fraude!” me dijo.

Lo acompañé y frente al ejido 5 de Mayo detuvo la camioneta nos bajamos y pudimos observar una delgadísima carpeta asfáltica. El solo tráfico pesado –
de aquel entonces- entre la Internacional y la Empacadora localizada en la antigua Hacienda “La Corona” se la acabaría en unas semanas, dijo.

Avanzamos unos kilómetros hasta alcanzar una pipa regando chapopote sobre la carpeta, tomamos unas fotografías y al día siguiente El Debate publicaba la nota, la gráfica cuyo pié decía “Así se tiran los dineros de Sinaloa y el editorial de Lorenzo Valdés cabeceaba “Regando dinero”.

Al día siguiente por la mañana sonó el teléfono en El Debate, contestó Lorenzo sin que de su boca surgiera ni una palabra, solo su rostro se puso rojo.

Colgó y me dijo: “Prepárate… viene Moreno…!

Manuel Moreno Rivas era muy amigo de Sánchez Celis, amistad familiar pues incluía a las esposas de ambos, doña Bertha Colunga y doña Blanca Duarte, y que databa de sus años mozos.

Llegó Moreno convertido en una furia. Quienes lo conocieron ya se imaginarán.

Nos pegó la gran regañada y sin admitir mucha réplica dijo que Sánchez Celis venía en camino y nos fuéramos a esperarlo al aeropuerto.

Llegamos Lorenzo y yo. Moreno Rivas ya estaba ahí fume y fume sus Raleigh sin boquilla que consumió hasta que subieron de precio y cambió a Delicados por el resto de su vida.

No nos peló. Conversaba con otros amigos, entre ellos el alcalde Alfonso G. Calderón y el agricultor Gilberto Figueroa. De vez en cuando nos miraban como a bichos raros.

Poco después llegó el bimotor de gobierno del Estado en que venia el Gobernador Sánchez Celis y una comitiva que incluía al Ing. Jesús Gaytán, Jefe de la Junta Local de Caminos.

Saludó efusivamente a Moreno y la comitiva que lo esperaba, preguntó quien era el que decía que la carretera era un fraude y lanzándome furibunda mirada cuando Moreno Rivas me señaló con el índice.

“Ahorita te vamos a demostrar que mientes!”, me espetó

-No señor. Es cierto, respondí, pero si me escuchó no se dio por aludido y abordó un vehículo que partió raudo, seguido por la escolta, comitiva y Lorenzo y yo en el auto de éste.

Se detuvo la comitiva frente al poblado del ejido 5 de Mayo y el Ing. Gaytán sacó un calibrador introdujo la punta en la carpeta y movió negativamente la cabeza.

Al verlo, le dije a Lorenzo: “ya fregamos” .

El Gobernador le preguntó al Ing. Gaytán sobre el resultado de la medición pero la respuesta fue: “vamos mas adelante”.

Otra parada cerca de Charay, nueva medición, cero respuesta y seguimos hasta el arroyo de San Pedro, delante de San Blas.

Ya no hubo medición simplemente el Jefe de la Junta de Caminos dijo al Gobernador: “señor, efectivamente, esto es un fraude!”

Estalló Sánchez Celis y a gritos preguntó por el representante de la constructora Interoceánica, la que tenia a su cargo las obras, pero éste precavidamente había desaparecido de la comitiva.

Ante la ausencia, Sánchez Celis ordenó al Ing. Gaytán: “Localícenlo, que se levante toda la carpeta, revisen la base y vuelva a iniciar la obra… Y chéqueme las otras carreteras en construcción”.

Ordenes que fueron acatadas.

Por cuanto a mi, el Gobernador se volvió a donde estábamos Lorenzo y yo, diciéndome: “Me ganaste jovencito, gracias”.

Y don Manuel, con una sonrisa de satisfacción me palmeó el hombro y se fue con Sánchez Celis.

La carretera, en su tramo Los Mochis-El Fuerte se volvió a construir verificando que las especificaciones se cumplieran.

Lo mismo sucedió con las otras carreteras construidas en la administración de Sánchez Celis.

Esas obras carreteras, ahora si construidas a conciencia y apegadas a las normas de calidad, fueron por muchos años uno de los firmes testimonios de la obra del Gobernador Sánchez Celis.

Una de ellas, la que va de la Internacional a Cosalá fue argumento de Sánchez Celis para rebatir una afirmación del entonces Gobernador Alfonso Calderón ante José López Portillo, candidato a la Presidencia de la República.

Pero ese, es otro apunte…

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