5/27/2014

LOS PUNTOS SOBRE LAS IES

                   El otro Sinaloa…

                                  - José Angel Sánchez López –

¿Los pobres serían lo que son, si nosotros fuéramos lo que debiéramos ser?
                                         Concepción Arenal

Sinaloa es una tierra de contrastes.

Rico porque la naturaleza le dotó de tierras fértiles donde lo mismo se cultiva una inmensa variedad de productos que se cría ganado de muy buen calidad, de once ríos que desde la sierra bajan grandes caudales la mayoría captado y regulado en las presas otros que siguen yéndose al mar, de un mar con riquezas aún no aprovechadas.

Rico porque es habitado por hombres de trabajo que hacen producir al campo, que crean y manejan empresas generadoras de empleos, porque tiene condiciones que están atrayendo a inversionistas de otras regiones.

Pero también tiene pobreza: varios miles de sinaloenses que han tenido que abandonar sus lugares de origen por la violencia, por la falta de trabajo suficiente para la subsistencia y se han concentrado en las ciudades aumentando las cifras de desposeídos que claman por un trabajo y un techo digno donde vivir.

Pero el mayor drama lo tenemos en zonas áridas, pese a encontrarse en las estribaciones de la sierra, en donde sobreviven en medio de carencias, hambre y sed centenares de indígenas de diferentes etnias. ¡Que también son sinaloenses! ¡Que también son mexicanos!

Son los olvidados de Dios y de los hombres, olvidados de los gobiernos que pretenden atender las carencias pero su vista y menos sus sentimientos llegan hasta allá, a esas comunidades donde el tiempo parece no haber transcurrido si no es para envejecer y morir.

En el sur de Sinaloa hay varias comunidades donde sobreviven grupos de indígenas Tepehuanes, Huicholes y Coras, etnias que equivocadamente muchos, incluidos funcionarios, creen que son solamente de Nayarit.

Pero no, también son sinaloenses. Allá en esos rincones del otro Sinaloa han vivido desde tiempos inmemoriales. Y ahí están con sus raíces bien firmes en el suelo donde nacieron.

Entre las pocas voces que se han preocupado por esos grupos de hermanos y que se han perdido en el vacío, surgió la de la Lic. Rosa Isela Medina quien desde hace tiempo ha venido clamando por ayuda para las etnias olvidadas del sur de Sinaloa.

En Escuinapa, este año el Alcalde Bonifacio Bustamante y su esposa Celia Sarabia de Bustamante, escucharon esas voces y han hecho esfuerzos por darles atención.

En días pasados, la patética voz clamando ayuda para las etnias olvidadas fue escuchada por el Dip. Heriberto Galindo Quiñones quien aprovechó el asueto de Semana Mayor y visitó algunas comunidades, entre ellas El Trébol y El Tule.

Lo acompañaron el Alcalde Bustamante y su esposa, los diputados federales Francisca Corrales y Raúl Santos Galván, así como el Sub Delegado de la Sedesol Luis García Peinado y algunos empresarios mazatlecos.

El drama es terrible. El acceso es difícil. No hay agua. De un destiladero natural que brota gota por gota de una piedra se obtienen dos cubetas de agua por día, de las que tienen que abastecerse para la subsistencia los poco mas de 40 habitantes. La fuente mas cercana es un arroyo a mas de tres kilómetros subiendo y bajando cerros. Un aula de material y dos de palma son atendidas por una maestra bilingüe que educa en su lengua y a la vez enseña español a los niños. De los adultos ¡ninguna habla español!

El Dip. Galindo se comprometió, y ya gestiona con la Conagua se envíe equipo para localizar algún manto freático y perforar un pozo que abastezca a la comunidad, Por lo pronto, el Ayuntamiento estará enviando pipas con agua potable.

Asimismo invitó a los empresarios para integrarse en un equipo de ayuda que gestione e impulse junto con los programas federales proyectos productivos que permitan a las etnias mejorar su calidad de vida.

El Dip. Galindo se comprometió a la creación de una Fundación Asociación Civil donde se conjuguen esfuerzos de los tres niveles de gobierno, empresarios y sociedad civil para acudir en apoyo de estos marginados.

Pero no es solo El Tule, no. Ni El Trébol.

En el Municipio de Rosario, hay también comunidades de Tepehuanes, Coras y Huicholes.

Y los hay de otras etnias que viven en la extrema pobreza en otros municipios de la serranía sinaloense, incluido el norte.

Es el otro Sinaloa. El de las carencias extremas.

El Sinaloa de los olvidados.

Le invito a escucharnos los sábados a las 10 AM en ANALISIS DE LA NOTICIA por www.elcamporadio.com/
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