10/25/2012

EDITORIAL

                                                  El Pacto


Buen mensaje envía la reunión que el miércoles pasado sostuvo el Presidente electo Enrique Peña Nieto con los Gobernadores surgidos de los partidos de la izquierda mexicana.

De ahí surgió el pacto de trabajar unidos, al margen de las diferencias partidistas o ideológicas, por un solo proyecto: México.

La presencia de los cinco Gobernadores de izquierda, entre los que solo faltó el del Distrito Federal Marcelo Ebrard, que ya va de salida, marca el inicio de una nueva etapa en las relaciones de la Presidencia de la República con la izquierda mexicana que se habían enconado en los últimos años por el mesianismo y la terquedad del derrotado candidato Andrés Manuel López Obrador.

Los gobernantes reunidos, Ángel Heladio Aguirre Rivero de Guerrero, Graco Ramírez Garrido-Abreu de Morelos, Gabino Cué Monteagudo de Oaxaca,, así como los electos Miguel Ángel Mancera del Distrito Federal, y Arturo Núñez de Tabasco, acordaron con Peña Nieto trabajar con todas las fuerzas políticas para establecer las bases de un nuevo régimen

De la reunión surgió el acuerdo de una agenda común para impulsar temas de seguridad, desigualdad y combate a la pobreza, además de comprometerse a revisar conjuntamente una propuesta hacendaria y el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos

Esto viene a marcar el inicio de una relación distinta entre los gobernantes emanados de las izquierdas mexicanas con el gobierno federal en turno.

Una relación de entendimiento y trabajo que deje a un lado las diferencias partidistas e ideológicas anteponiendo los intereses de la nación.

Así lo entiende y así lo expresó el próximo Presidente Constitucional al ratificar su compromiso de trabajar en objetivos compartidos y proyectos donde hay coincidencias para beneficio de los mexicanos, no obstante las
diferencias políticas que hoy tenemos en México y que son parte de nuestra normalidad democrática.

Sobre la reunión, el Gobernador de Morelos, Graco Ramírez, destacó el acuerdo para trabajar conjuntamente por una reforma fiscal para hacer de Pemex una empresa estatal fuerte y competitiva, que siga siendo de los mexicanos y que se haya planteado la necesidad de un nuevo pacto social para que no se excluya a millones de jóvenes de la expectativa de estudio y de empleo.

Ahí se habló sobre el combate de la pobreza y la delincuencia privilegiando mayor inversión en la educación y gastar menos en persecución.

La temática abordada en esa reunión versó sobre los problemas más importantes del país, pero lo mas destacable es, debemos insistir, en que haciendo a un lado los resabios de las confrontaciones políticas de ayer se hayan abierto al diálogo civilizado para alcanzar acuerdos.

Parte de esa civilidad demostrada por los gobernadores de izquierda es su decisión de asistir a la toma de posesión del Presidente Peña Nieto el primero de Diciembre.

Pero a partir de hoy, es muy alentador para el país y especialmente para los Estados gobernados por la izquierda que haya diálogo y acuerdos.

Que se sienten las bases para un pacto social para unir esfuerzos en la construcción de un nuevo régimen que se encamine al encuentro de las soluciones que los problemas de México demandan.

Atrás quedan las confrontaciones poselectorales alentadas con mayor énfasis en los últimos seis años por un aspirante presidencial cerrado, terco, mesiánico que solo entiende por democracia los resultados que le favorezcan, que no reconoce sus derrotas, clama fraude y llama ilegítimo a quien lo derrota en las urnas.

México requiere hoy más que nunca de la unidad para enfrentar los retos actuales y del futuro.

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