La guerra del tomate
- José Angel Sánchez López -Todas las guerras son santas, os desafío a que encontréis
un beligerante que no crea tener el cielo de su parte.
Jean Anouilh
Acostumbrados los productores agrícolas norteamericanos a gozar de la protección de su gobierno, tanto en apoyos fiscales como en medidas para bloquear las importaciones y mantener el control absoluto de los mercados consumidores obteniendo así los mejores precios para sus cosechas, no vacilan en recurrir con cierta periodicidad a acusaciones diversas contra sus competidores extranjeros, especialmente los mexicanos.
Así, tenemos varios casos de bloqueos a productos mexicanos, como es el del atún cuyas exportaciones a Estados Unidos han sido bloqueadas por mas de 30 años bajo el argumento de que los sistemas de capturas causaban mortandad de delfines, cuando los mayores depredadores han sido los barcos de bandera estadounidense y otros.
Así se ha intentado bloquear al camarón mexicano argumentando que las redes de captura no contaban con excluidores de tortuga y causaban mortandad de esa especie. Les falló porque los equipos de pesca fueron actualizados. Pero cada que pueden los norteamericanos insisten en los intentos de bloqueo.
Y así podríamos seguir citando casos como el del aguacate y mas recientemente el intento de bloqueo al mango mexicano, entre otros.
Hoy se cierne sobre los productores tomateros la amenaza de otro boicot con el viejo y sobado argumento de dumping, como se denomina en inglés a la práctica de vender un producto por debajo de su costo. Lo cual en este caso no es real.
Pero esto no es nuevo.
El cultivo del tomate en Sinaloa se inició por allá a principios del siglo pasado, por familias de griegos y norteamericanos que vinieron a asentarse en estas tierras. Luego se sumarían agricultores mexicanos, especialmente en las riberas del Rio Fuerte, en donde algunos se asociaron con colonos que llegaron siguiendo el sueño de Owen. En Culiacán los primeros serían los griegos.
Por allá a fines de los 20´s se iniciaron los problemas con los productores de Florida, el principal Estado productor de tomate y otras frutas y legumbres con las que les compiten los agricultores mexicanos.
Y de ahí en adelante cada tantos años, cuando los floridenses tienen buenas cosechas se lanzan contra las importaciones del tomate mexicano para impedir que entre al mercado de ese país y así vender a mejor precio todas sus cosechas.
Hoy, la amenaza surge de nuevo. Los de Florida ven con envidia la preferencia del consumidor norteamericano por el tomate mexicano que ha venido creciendo por la alta calidad de nuestro producto y están promoviendo la suspensión de un convenio vigente desde hace 16 años que permite el paso de la legumbre mexicana.
La resolución del gobierno norteamericano puede tardar hasta seis meses, pero puede darse antes, si las presiones de los políticos a favor de Florida surten efecto.
De aprobarse esa suspensión varios Estados mexicanos, pero muy especialmente Sinaloa cuya producción es la más importante del país, sufrirían graves problemas económicos.
Nada mas para darnos una idea, baste citar que la última cosecha del tomate sinaloense tuvo un valor de 1,800 millones de dólares, dinero que representa una importantísima derrama en nuestra economía y la de otros Estados.
Habría que mencionar también, por su importancia, que esta actividad genera cerca de 50,000 empleos para jornaleros no solo sinaloenses, sino que la mayoría proviene de otros Estados como Oaxaca, Zacatecas, Guanajuato, por citar algunos.
Ante esta amenaza, los productores, los organismos agrícolas están demandando la intervención del gobierno federal ante las autoridades norteamericanas.
Legisladores sinaloenses están impulsando desde el Congreso acciones para que las dependencias federales intensifiquen gestiones. El Dip. Heriberto Galindo Quiñones con el apoyo de sus compañeros sinaloenses propuso y obtuvo un punto de acuerdo para el poder ejecutivo actúe. Lo mismo el Senador Aarón Irízar López en el Senado.
Por su lado, el Gobernador Mario López Valdez, independientemente de las gestiones con el gobierno federal, se ha entrevistado con alcaldes de Arizona para pedir su apoyo en la defensa del tomate sinaloense, que es el preferido por los consumidores no solo de Arizona, sino de gran parte del territorio estadounidense.
En estos momentos la moneda está en el aire
La guerra del tomate se cierne como espada de Damocles sobre los productores tomateros y con ellos sobre la economía de Sinaloa y otras entidades.
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Octubre 12/2012
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